No sé cómo paso. No
lo tenía planeado. Estaba cotilleando Facebook cuando pusieron un video y un
comentario sobre una serie asiática llamada Fated to love you, y como yo soy de
naturaleza curiosa, pues allá que me fui a googlearlo como un loca y bueno, una
cosa llevo a la otra, encontré el dorama (al parecer así se llaman)y pulsé al
play. Eso fue mi perdición porque sin comerlo ni beberlo me quedé hasta las
tantas de la madrugada llorando a moco tendido con la historia de esta dulce
muchachita llamada Kim mi Young a la que
tratan fatal, pese a que es puro amor. Sin duda me quedé a verlo por ella,
porque el primer capítulo casi me da un shock con el personaje tan estrambótico
que es Lee Gun, el protagonista (esta como una autentica regadera, en serio),
luego cuando apareció el personaje de Daniel Pitt me enamore y no pude dejar de
seguir esta historia a tres bandas (o cuatro si tenemos en cuenta que Lee Gun
comienza estando enamorado de Se Ra). En fin, que es un lio de cuidado.
Es curioso cómo te
pude enganchar tanto una serie con una cultura tan chocante a primera vista. Me
parece sumamente curioso lo “puritanos” que se muestran al principio, pues las
muestras de cariño son siempre en la intimidad y más bien light, lo de los
besos apasionados y los “momentos empotramiento” tipo HBO no parece que se
estilen, sin embargo, la carga de sentimientos que transmiten los diálogos y
los gestos son tan potentes que te encojen el corazón y te roban mil suspiros.
Porque si algo he aprendido con este dorama es que no necesitas mil escenas de
cama para mostrar cuanto se quieren y se desean los personajes, solo con una
mirada profunda, una mano tímida buscando otra mano, un abrazo robado, unas
palabras que te roban el corazón... solo con esos gestos puedes encoger el
corazón del espectador.
Así que como una
posesa he estado siguiendo este drama de 20 capítulos que me ha tenido hasta al
último momento enfadada por querer que la protagonista se quedara con el
tercero en discordia. Porque sí, siempre termina gustándome el que menos gusta
a la protagonista, lo que hace que mi cabreó sea monumental con la mayoría de
los finales (no me hagáis hablar de los hombres de Paco, que aún me arden las
entrañas). Pero, y sí, hay un pero,
en este caso al final caí rendida a los pies de Lee Gun, y aunque para
mi quisiera a Daniel Pitt, el protagonista terminó robándome el corazón, porque
al final lo entiendes todo y entre lágrimas, porque con este drama todo son
lágrimas, comprendes que efectivamente estaban destinados a quererse.
La verdad es que he
disfrutado esta historia de principio a fin. He sufrido muchísimo con la
protagonista, que te encoje el corazón cada vez que llora y me he enamorado de
Daniel y Lee Gun, de tal manera, que hacia el final tenía el corazón
completamente dividido. Me he reído muchísimo con las excentricidades de Lee
Gun y las locuras de su secretaría y cuñado, me ha enternecido sobremanera la
madre de Mi Young y he disfrutado cada intervención de la abuela de Lee Gun.
Sin duda, una vez terminada la historia, ya les echo de menos.
Ahora solo puedo
decir que esto de los doramas parece ser un mundo y ya estoy pensando en cuál
será el siguiente que vea ¡¡me ha picado el gusanillo!!
Claro! Y ahora me has enganchado a mí! Cómo te odio Cris! Jajajaja
ResponderEliminarSinceramente sigo prefiriendo la primera versión era Taiwanesa, el prota es tan lindo y no se ve tan estúpido como el de esta última versión.
ResponderEliminarEstoy leyendo tu blog por primera vez. Vi que te gustó Healer. Igual a mi. Y te recomiendo veas The K2. Es el mismo protagonista. Y la trama me atrapó más que Healer. La sentí más intensa. Buena acción y buenos actores.
ResponderEliminarEspero puedas verla.